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del mismísimo Tiger Woods, se alzaba a
lo más alto de la clasificación del Open
(de España Femenino), el otro Open.
Justo en el momento en el que su cele-
bérrimo tío se disponía a dar el primer
golpe en Muirfield, su sobrina, sonriente
y radiante por los cuatro costados, con-
cluía una vuelta para quitarse el som-
brero, 64 golpes, 8 bajo par que obliga-
ron a consultar los anales de esta otra
catedral del golf, el Club de Campo Villa
de Madrid, grandioso y majestuoso
donde los haya, lugar de repetidas glo-
rias donde ilustres con mayúsculas
como Severiano Ballesteros, Eduardo
Romero o Ignacio Garrido sellaron 63
golpes sobre sus verdes costuras en el
pasado.
Recorrido de libro, birdie, birdie y par
para empezar, otros dos aciertos en la
primera vuelta y otros cinco en la
segunda, sólo un bogey en el hoyo 15
impidió que alcanzase la perfección,
consciente además de que esto no
había hecho sino comenzar, porque a
sus espaldas, a la espera del más míni-
mo descuido, se encontraban jugadoras
que ya saben lo difícil que es ganar en el
Ladies European Tour.
Tania Elósegui es un ejemplo, recorrido
de características grandilocuentes plas-
mado en una tarjeta de 6 bajo par sin
error alguno, inmaculada, ajena a los
bogeys, que le generó un brillo de satis-
facción en sus ojos al término de la jor-
nada: “Todo ha salido bien, he vuelto a
sentir el golf”, resumió.
Y todo ello al mismo tiempo que, a cen-
tenares de kilómetros de distancia,
Tiger colocaba la bola en el tee de sali-
da del hoyo 1 en Muirfield. Woods y
Woods. The Open y el Open (de España
Femenino). Conexión familiar. Conexión
golfística. De las grandes, grandes.
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La gallega Marta Silva,
séptima, mejor
representante española en
el torneo junto a Carlota
Ciganda, más aire fresco
para el prolífico golf
femenino español
“
Open de España
Femenino
Tania Elósegui,
esperanza española
En la segunda jornada, sin embar-
go, Lee-Anne Pace se puso seria, y
eso que su rostro siempre destila
una deslumbrante sonrisa. Y lo
mismo se pudo decir de la france-
sa Celine Herbin, a quien la satis-
facción le rezumaba por todos los
poros tras establecer un récord
personal –solo 1 bogey en 36
hoyos– que le permitía liderar,
junto a la golfista sudafricana, el
Open de España Femenino, con la
española Tania Elósegui, en la sép-
tima plaza, a rebufo.
Compañera de partido de Carlota
Ciganda durante dos días, Lee-Anne
Pace encontró acierto allá donde la
navarra halló sufrimiento. Cuatro bir-
dies y un solo bogey adornaron su
tarjeta para acabar en la casa club
con 69 golpes, 136 en total y la
perenne sonrisa en el rostro. “Estoy
jugando bien, sí, muy cómoda y
consistente, pero todavía queda
mucho”, resumía con prudencia.
A su vera con los mismos golpes,
instalada en una plaza que normal-
mente le es ajena, se encontraba la
francesa Celine Herbin, jugadora
luchadora que se inspiraba en el
espíritu de Ballesteros para soñar
con el triunfo. Dirigida por Vicente
Ballesteros –hermano del gran
Severiano–, con quien entrena nor-
malmente en Pedreña, Celine Her-
bin repitió actuación exitosa –doble
68 golpes hasta ese momento–
para mirar al resto de competidoras
desde la atalaya más alta.
Ninguna de las dos colíderes tenía
sin embargo una existencia plácida.
No en vano, la jornada se convirtió
desde el primer momento en un
auténtico caballo desbocado de
incierto destino, constatado casi a
las primeras de cambio que Cheye-
nne Woods fue flor de un día, cosas
del golf, un deporte donde hacer 8
bajo par en una jornada y 6 sobre
par en la siguiente –¡14 golpes de
diferencia!– es algo que entra den-
tro de la más estricta normalidad.
Al acecho, mucho mejor situada, la
española Tania Elósegui tenía
mucho que decir, si bien en esta
ocasión mantuvo una relación más
distante con el campo madrileño
tras su 6 bajo par del primer día, 2
sobre par esta vez para certificar
que “el resultado de hoy me per-
mite estar ahí. Voy pasito a pasito,
no queda otra, las sensaciones han
sido buenas, pero no he acertado
en los greenes, y quien no acierta
en los greenes en esto del golf…”.
Y todo ello mientras Carlota Cigan-
da, abanderada de la Candidatura
Madrid 2020 y del golf español,
luchaba con esfuerzo por superar el
corte, avatares de un deporte
donde no estar fina se paga con las
más duras penitencias.